Desinfección de la piscina por bromo

La desinfección del agua de la piscina con bromo es un sistema poco utilizado, a pesar de ser menos irritante que el cloro. De hecho, ambos productos son similares y suelen usarse de la misma manera. La diferencia es que el bromo no puede utilizarse para el tratamiento del agua potable, ya que su sabor es muy desagradable y puede ser dañino para la salud.

El bromo reacciona rápidamente con otros compuestos y es uno de los productos con mayor capacidad de reacción, después del flúor. De esta manera, es un buen destructor de la materia orgánica, como algas, bacterias y otros microorganismos. Empezó a utilizarse en Estados Unidos y su uso se hizo habitual durante la II guerra mundial, cuando escasea el cloro.

Como ventaja, podemos destacar que se disuelve en el agua mucho mejor y más rápido que el cloro. Además, su concentración residual no es muy elevada. Pero, también presenta aspectos negativos como su capacidad reactiva y que es muy corrosivo.

El uso del bromo en piscinas está permitido para siempre que no supere los 200mg/l. En el caso de no estar seguros sobre la dosis necesaria que tenemos que aplicar, es necesario consultar con expertos o profesionales para no poder en peligro a los bañistas.